Gastronómiah

Gastronomía alternativa y cotidiana

Wednesday, November 29, 2006

carne cruda con hongos

I.- "Vivimos como soñamos..., solos", decíamos en el post anterior citando a Conrad. Y sin embargo, el amor.

II.- Probás algunos salames, salamines, longanizas, chorizos secos u otros embutidos de algún pueblo bonaerense (Tandil, Mercedes, Junín, Chivilcoy...) y no podés dejar de reconocer que tienen una calidad que está muy por encima de los que podés conseguir por acá en el super. Pero no todo está perdido en la ciudad: estuve comiendo el fuet Campo Austral Millenium de Campofrío; en el envase te aconsejan comerlo sin pelarlo, con la tripa y su "tradicional emplume blanco" (sí, los honguitos). Seguí el consejo y estaba buenísimo, le hace pelea a cualquiera. En ocasiones, algunos salamines y chorizos secos, que comí cuidadosamente pelados, me hicieron recordar al cammembert o al brie, y recién ahora, masticando fuet con su "tradicional emplume blanco" encuentro la relación. Caíste, Fer, caíste.

III.- "Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, lo he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al vesre" (Cortázar, "Rayuela").

Como si te hubiese elegido, Negrita, como si no hubiera sido como un rayo que me partió los huesos, como si en vez de leerlo lo hubiese pensado, como si no siguiera estaqueado en el patio...

Sunday, November 19, 2006

Express

I.- Tratándose de meriendas, prefiero lo salado por sobre lo dulce. Lo ideal es casi una picada más que una merienda, con cerveza, vino blanco o té, aunque últimamente le doy al jugo de manzana de los chicos.
Tras un regreso de Córdoba con mi carga de bondiolas, jamón crudo, queso y chucrut, las llegadas del trabajo se transformaban en un ritual, merendando con medio litro de Isembeck y reservando el otro medio para la cena.
Con el uno a uno se conseguía un Philadelphia untable con sabor a salmón ahumado que era especial para comer con galletitas crackers, tipo Express, con un blanquito seco bien frío.
Hablando de Express, ya se transfomaron para mí en el soporte de casi cualquier cosa digna de masticar, paladear y tragar, ocupando el lugar que antes le daba al pan: 1) qué bueno untarlas con una mezcla de un poquito de chucrut con queso crema y un toque de mostaza; 2) o ponerles una simple anchoa, como mucho con un poco de queso crema; cuando las anchoas son buenas, las comería una tras otra como si fueran bombones; 3) mucho más simple, con una tajadita de manteca (o queso crema) y una pizca de orégano, tomillo, pimienta recién molida, o lo que haya.
Mejor me voy a tomar unos amargos.

II.- Estuve releyendo "El corazón de las tinieblas" de Conrad. Lo habré leído por primera vez hace más o menos cinco años y no me acordaba de casi nada. Eso es lo que me sorprende, sé bien que mi memoria es desastrosamente anárquica, que recuerdo pequeñeces que cualquiera olvidaría y olvido lo que me acaban de decir hace dos horas, pero transitar nuevamente un libro del que estoy seguro que en su momento me gustó, y que al leerlo ahora me atrapó, y no reconocer más que algún pasaje, es por lo menos inquietante.
Apenas si recordaba que tenía algo que ver con la navegación, pero mi recuerdo estaba según creo más relacionado con "La tempestad"; el que leí también hará cinco años, pero según recuerdo no me había gustado tanto.
Sí lo relaciono, después de esta segunda lectura, con el "Viaje al fin de la noche" de Céline, que si bien me gustó tampoco recuerdo demasiado del argumento, supongo que se me mezclan un poco los dos libros o quién sabe cuántos más. Había un cuento acerca de alguien que se había ido a vivir a Fernando Poo y la casa que se había hecho y la empalizada brotaban, todo crecía con una fertilidad excesiva e imparable que impedía justamente cultivar, y el tipo terminó con la salud arruinada por mil fiebres... pero no recuerdo al autor. ¿Alguien se acuerda?
Es realmente extraña la memoria, poder recordar un soneto leído hace diez años o más casi palabra por palabra, y no recordar de una novela ni siquiera cómo termina.

III.- De "El corazón de las tinieblas", subrayé varias cosas que me interesaron. No sé donde metí una vieja agenda, en la que escribí en alguna página "Heart of darkness, pág. XX", pero no volveré a cometer ese error, ahora anoté detrás del libro los números de página relativos a cada fragmento subrayado. Es decir que no le doy tregua a mi falta de memoria, aunque sea probable que la lucha esté perdida desde el inicio.
Transcribo uno de los pasajes subrayados, que encaja justo con lo que pretendo decir en este post:
"¿Lo ven? ¿Ven la historia? ¿Ven algo? Me parece que estoy tratando de contar un sueño... que estoy haciendo un vano esfuerzo, porque el relato de un sueño no puede transmitir la sensación que produce esa mezcla de absurdo, de sorpresa y aturdimiento en el rumor de revuelta y rechazo, esa noción de ser capturados por lo increíble que es la misma esencia de los sueños. [...] No, es imposible; es imposible comunicar la sensación de vida de una época determinada de la propia existencia, lo que constituye su verdad, su sentido, su sutil y penetrante esencia. Es imposible. Vivimos como soñamos..., solos".